Soy un caso perdido
Por fin un crítico sagaz reveló
(Ya sabía yo que iban a descubrirlo)
que en mis cuentos soy parcial
y tangencialmente me exhorta
a que asuma la neutralidad
cómo cualquier intelectual que se
respete.
Creo que tiene razón, soy parcial de
esto no cabe duda
más aún yo diría que un parcial irrescatable
caso perdido en fin
ya que por más esfuerzos que haga
nunca podré llegar a ser neutral.
En varios países de este continente
especialistas destacados
han hecho lo posible y lo imposible
por curarme de la parcialidad
por ejemplo en la biblioteca nacional
de mi país
ordenaron el expurgo parcial
de mis libros parciales.
En Argentina me dieron cuarenta y
ocho horas (y si no me mataban)
para que me fuera con mi parcialidad
a cuestas
por último en Perú incomunicaron mi
parcialidad
y a mí me deportaron.
De haber sido neutral, no habría
necesitado
esas terapias intensivas,
pero qué voy a hacerle, soy parcial
incurablemente parcial
y aunque pueda sonar un poco extraño
totalmente parcial.
Ya sé, eso significa que no podré
aspirar,
a tantísimos honores y reputaciones
y preces y dignidades
que el mundo reserva
para los
intelectuales que se respeten
es decir, para los neutrales;
con un agravante,
como cada vez hay menos neutrales
las distinciones se reparten entre
poquísimos.
De mis confesadas limitaciones
debo reconocer que a esos pocos
neutrales
les tengo cierta admiración
o mejor les reservo cierto asombro
ya que en realidad se precisa un
temple de acero
para mantenerse neutral ante
episodios como:
girón
tlateloco
trelew
pando
la moneda.
Es claro que uno y quizá sea esto lo
que quería decirme el crítico
podrá ser parcial en la vida privada
y neutral en las bellas letras
digamos indignarse contra Pinochet
durante el insomnio
y escribir cuentos diurnos
sobre la Atlántida.
No es mala idea y claro, tiene la
ventaja
de que por un lado uno tiene conflictos de conciencia
y eso siempre representa un buen
nutrimento para el arte
y por otro no deja flancos para que
lo vapulee
la prensa burguesa y/o neutral.
No es mala idea, pero ya me veo
descubriendo o imaginando
en el continente sumergido la
existencia de oprimidos y opresores,
parciales y neutrales, torturados y
verdugos
o sea la misma pelotera
Cuba sí Yanquis no.
De manera que, como parece que no
tengo remedio
y estoy definitivamente perdido
para la fructuosa neutralidad,
lo más probable es que siga
escribiendo cuentos no neutrales
y poemas y ensayos y canciones y
novelas no neutrales
pero advierto que será así
aunque no traten de torturas y
cárceles
u otros tópicos que al parecer
resultan insoportables a los neutros
será así aunque traten de mariposas y
nubes
y duendes y pescaditos.